viernes, 7 de junio de 2019

SEXUALIDAD

Abarcando todos los temas anteriores y enfocándonos en la sexualidad, que son las características que posee cada individuo, que serán influenciadas por el pensamiento, cultura y creencias que el individuo se desarrolle e interiorice a lo largo de su vida. Esta sexualidad se logra expresar como un ‘‘todo’’ en la vida del sujeto expresando lo que somos, sentimos y hacemos. 

La sexualidad abarca el sexo, identidades, papeles de género, orientación sexual, que se van expresando a través de los pensamientos, creencias o actitudes a lo largo del tiempo y estas van cambiando y creciendo durante nuestras vidas, esta incluye comportamientos sexuales e intimidad  y el cómo nos expresamos, ya sea en la vestimenta o en la forma que nos relacionamos siendo ‘‘hombre’’ o ‘‘mujer’’. 

Foucault (como se citó en Posada, 2015) establece que la sexualidad humana incluye al género, en donde la sexualidad está marcada por el discurso de poder, es un discurso heterogéneo que está formado por múltiples discursos, ya sean las leyes, teorías científicas y filósofas.

Sexualidad y poder son indisociables es una idea que podemos rastrear en las tesis del feminismo contemporáneo y en las del pensamiento foucaultiano. La sexualidad humana, como cualquier otro fenómeno histórico y social, estaría marcada de antemano como discurso de poder. Por decirlo en los términos, en los que el propio Foucault trató de definir algo tan complejo, estaríamos hablando del dispositivo de la sexualidad como de un conjunto heterogéneo formado por las capas de múltiples discursos, como los propios de las instituciones, de las leyes, de las teorías científicas y filosóficas, de las doctrinas morales, y muchos más (Foucault, 1991, p.128).
   
                                 

                                
La orientación sexual, identidad sexual y género son producto de la construcción que el individuo tuvo a lo largo de su vida en relación a lo social, histórico y cultural, lo que hace dar cuenta que no existen roles de género que estén mediados por la naturaleza humana, que se considera como la cultura en que se desarrolla un individuo (Duque, 2010).

Butler (como se citó en Gros, 2015) plantea que en la modernidad occidental se ha formado un régimen normativo  en relación al género y la sexualidad, el cual define las identidades de género ‘‘correctas’’ castigando a las que no lo son. Según la heteronormatividad solo existen dos identidades sexuales: hombre y mujer.

Tal como se plantea la sexualidad humana es un proceso de la experiencia humana, en la que las conductas que se consideran ‘‘normales’’ variarán dependiendo de la cultura.

Como mencionamos muchas veces, la cultura ha perpetuado esto y lo ha expresado de diversas formas, una de ellas es el género musical, por ejemplo esta canción de 1989, en la cual habla de un hombre que tuvo un hijo y lo crió para ser un "gran varón" y después hace alusión de que este niño termina con una orientación e identidad sexual diferente.




Referencias

Gros, E, (2015). Judith Butler y Beatriz Preciado: una comparación de dos modelos teóricos de la construcción de la identidad de género en la teoría queer. Revista Civilizar Ciencias Sociales y Humanas. 16(30), 245-260.

Posada, L. (2015). El “género”, Foucault y algunas tensiones feministas. Estudios de Filosofía, 52 (2015): 29-43.

Duque, C. (2010). Judith Butler y la teoría de la performatividad de género. Revista de Educación & Pensamiento. 85-95.

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